EL MONTE
DE UNO, SUSTENTO DE OTROS
Al principio de todos los
tiempos, cuando el dios Quetzalcóatl creó a los hombres, después de
haber creado a los animales, se preguntó qué podrías comer los humanos.
De pronto, mientras
pensaba, observó a una
pequeña hormiga cargada con un grano de maíz. Pensó que ese
podría ser un buen alimento para los hombres, así que preguntó:
– ¡Ey, hormiga! ¿Dónde
encontraste ese grano de maíz?
– Del monte de nuestro
sustento- respondió la hormiguita.
Entonces, el dios
Quetzalcóatl vio cómo la hormiga se metía en una pequeña ranura abierta entre
unas rocas.
– Debe ser por ahí- pensó
el dios.
Así que se le ocurrió transformarse en hormiga para poder entrar como
ella por aquel estrecho lugar y descubrir así dónde estaba el monte de nuestro
sustento.
Entrar en aquel lugar era
sencillo, pero cargar con el grano de maíz se hacía pesado, y casi imposible
sacarlo por la pequeña ranura por donde entraban las hormigas. Entonces, el
dios Quetzalcóatl pidió ayuda al dios Nanáhualt (el dios sol y el de la humildad), y éste
lanzó un poderoso rayo contra la montaña. partiéndola en dos, y dejando al descubierto todo el campo de maíz.
Y así fue cómo, a partir de entonces, las personas
pudieron alimentarse con el maíz que les ofrecía el ‘monte de nuestro
sustento’.
Qué
podemos aprender con esta leyenda azteca de El monte de nuestro sustento
Además de ser una leyenda
muy curiosa sobre el origen de los campos de maíz, esta historia puede
llevarnos a pensar en este importante valor: el de la humildad.
– Los seres más humildes nos ofrecen sabias respuestas: El
dios Quetzalcóatl no sabía qué dar de comer a los hombres. Y fue una pequeña y humilde hormiga la que le ofreció
la respuesta. Y no solo le dijo qué podían comer, sino que además le enseñó el
camino para encontrar ese alimento.
– Lo que uno puede conseguir con humildad: En esta
leyenda azteca, el mismo dios se transformó en un ser insignificante, en una
hormiga, y lo hizo porque solo con ese gesto de humildad, conseguiría localizar
el lugar de donde la hormiga recogía el maíz. El
mensaje que aquí nos transmiten es claro: solo con humildad conseguirás
respuestas a las grandes preguntas.
– Las soluciones inteligentes de los más humildes y generosos: El
dios Quetzalcóatl pidió ayuda, y lo hizo al dios más indicado, al dios más
humilde: el dios del sol. Él consiguió abrir al cielo el campo de maíz que
estaba atrapado en la montaña. El acto de solidaridad del dios Nanáhualt,
consiguió lo que el dios Quetzalcóatl necesitaba.
ACTIVIDAD .-